Científicos estadounidenses de la Universidad de Chicago han encontrado la relación entre la falta de sueño y la tendencia a ganar peso. Según el artículo publicado en la revista Sleep, una mala noche despertándonos a cada rato, trasnochas o padecer insomnio, libera señales químicas que durante el día aumentan las ganas de comer.
La señal que activa este mecanismo se deriva de un compuesto químico, el 2-AG, que por norma se encuentra en la sangre en niveles bajos durante la noche y aumenta progresivamente por la mañana hasta alcanzar su punto máximo al mediodía.
Si dormimos poco, la cota máxima de producción de la hormona se produce 90 minutos más tarde de lo normal, aumentando la sensación de “placer” al comer en el momento del día que ingerimos alimentos más calóricos.
Para corroborar el estudio, se realizó una prueba con 14 voluntarios sometidos a dos formas diferentes en un periodo de 8 días dividido en dos: 4 días de sueño normal con una media de 7,5 horas durmiendo; y otros 4 días con suelo alterado en el que el promedio apenas pasó de las 4 horas.
Todos realizaron unas pautas regulares de alimentación y se analizaron los niveles de hormonas en sangre. Se observó que los niveles de 2-AG eran un 33 por ciento superiores en los periodos de privación de sueño.
La investigación confirma otras que ya habían apuntado en la misma línea. La Universidad de Chicago es la responsable también del estudio que relaciona la falta de sueño con el aumento de la diabetes.
Visto en ideal.es
