El año pasado pudimos ver como una impresora 3D era capaz de imprimir un hígado. Ahora lo último son pequeños hígados hexagonales de solo unos pocos milímetros de tamaño preparados para la empresa farmaceútica.
La idea es que las farmacéuticas puedan utilizar el tejido impreso para probar si los fármacos experimentales son seguros para el hígado del ser humano. Mientras tanto Organovo, la compañía responsable del desarrollo, está consiguiendo la tecnología suficiente para imprimir parches más grandes para que en un futuro los médicos puedan realizar un injerto sobre órganos enfermos. Por el momento se están realizando pruebas con animales.
Las pruebas de seguridad hepáticas son una parte esencial en el desarrollo de nuevos fármacos. El hígado es el órgano desintoxicante natural del cuerpo, por lo que casi todos los fármacos que toma una persona acaban ahí. Los laboratorios llevan a cabo las pruebas de seguridad en ratas de laboratorio y en capas de células hepáticas cultivadas en placas de Petri.
Las pruebas en placa o en animales de experimentación no siempre son reflejo de lo que sucede cuando un ser humano toma un medicamento.
Los órganos impresos podrían proporcionar una mejor idea de cómo estas drogas interactúan con los hígados humanos. La impresión 3D ayuda a los investigadores a construir tejidos vivos. Los hígados impresos tienen todos los tipos diferentes de células que están presentes en los hígados humanos.
Idénticos a los hígados humanos
Las células están dispuestas en estructuras alveolares hexagonales idénticas a las de los hígados humanos. Los hexágonos son capaces de seguir con vida y producen ciertas proteínas del hígado durante al menos 42 días.
El resultado es un tejido que se supone que reaccionará de manera similar a la de un hígado humano frente a un fármaco experimental. Por el momento ensayos de laboratorio parecen indicar que los órganos impresos 3D, son más fiables en las pruebas que los tejidos hepáticos cultivados en placas de Petri.
Visto en popsci
