Científicos de la Universidad de Carolina del Sur junto con la Universidad china de Zhejiang estudian el comportamiento de diversas tintas biológicas y su funcionamiento en una impresora 3D. El objetivo, desarrollar una tecnología que permita la impresión de órganos viables para trasplantes con una de estas impresoras.
La tinta biológica está formada por células madre extraídas del tejido adiposo o de médula ósea. Son cultivadas en tubos de ensayo y se necesitan millones para formar un milímetro de tejido.
La técnica se basa en utilizar la ingeniería para crear nuevos tejidos y componentes de tejidos. Los científicos dejan caer primero la “biotinta” con una jeringuilla para más tarde analizar el tejido formado.
Estas impresoras están equipadas con luces ultravioleta capaces de esterilizar los tejidos que se van formando así como con microscopios electrónicos para poder ver las células una a una.
Tejidos impresos
Aunque todavía se debe esperar para obtener órganos humanos con una impresora 3D, por el momento ya se han dado grandes pasos. Con esta técnica, denominada bioimpresión 3D, se han creado ya nuevas redes microvasculares con las que se espera crear nuevos tejidos en áreas importantes como el páncreas, el hígado o el riñón.
Esta tecnología 3D también podría utilizar las células del propio paciente para crear órganos para autotrasplante, algo que evitaría los problemas de algunas personas cuyo sistema inmunológico rechaza el órgano del donante.
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