Médicos de las Islas Shetland en el norte de Escocia están recetando literalmente “naturaleza” a sus pacientes. El plan pretende mejorar la presión arterial, reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares, así como incrementar la felicidad y la salud mental de los pacientes.
Existen evidencias abrumadoras de que la naturaleza ejerce un efecto beneficioso sobre la salud y eso es precisamente de lo que se trata. En base a esta premisa se explica a los pacientes la forma de pasar el tiempo en la naturaleza y se les entrega un calendario de ideas sobre qué hacer al aire libre en Shetland.
Por ejemplo, en enero se puede ver el liquen, en febrero se pueden plantar bulbos en el jardín, o en marzo se pude salir a pasear. Todos los ejemplos resultan de lo más agradable y se piensa que aportan innumerables beneficios a la salud en el tratamiento de enfermedades que van desde la diabetes a la depresión y el cáncer.
El coste del tratamiento es cero para el paciente y permite una mayor conexión con el entorno, lo que se traduce en una mejor salud física y mental.
Por el momento el tratamiento es pionero en las islas de Shetland, pero se espera ampliarlo a más zonas del Reino Unido.
Los pacientes que toman la decisión de tomar antibióticos junto con su médico consumen menos medicamentos
Existe una honda preocupación por el exceso uso de antibióticos, lo que ha llevado a la aparición de resistencias a sus efectos, lo que significa que muchos antibióticos ya no son efectivos para el tratamiento. Algo que se ha convertido en una amenaza importante para la salud.
Las infecciones respiratorias agudas, como tos aguda, infección del oído medio o dolor de garganta, son algunas de las razones más comunes por las que se acude al médico, especialmente en los meses de invierno. Por norma se ha venido recetando antibióticos, a pesar de las evidencias de que nos brindan pocos beneficios.
La toma de decisiones compartidas entre los médicos y los pacientes es una parte importante de la atención médica. El proceso ideal combina la mejor evidencia disponible sobre los beneficios y los daños de una intervención con los valores y preferencias del paciente. Como resultado, el profesional de la salud y el paciente deben tomar la decisión conjunta sobre qué hacer a continuación.
