Nuestro coche soñado

Regreso al futuro.

Coches. Quien no ha soñado con poseer el Batmovile, ser un empresario multimillonario y filantrópico, que tras haber sido testigo de la muerte de sus padres y someterse a un riguroso entrenamiento físico y mental, se dedica a combatir la delincuencia en Gotham. Cruzar la ciudad a toda velocidad persiguiendo al malvado Joker, enfrentándose a todo tipo de peligros.

Pensemos en el gran David Hasselhoff, de chaval, defensor de los pobres y desamparados que conduce un coche inteligente llamado KITT (Knight Industries Two Thousand). Un fantástico Pontiac Firebird Trans Am. Cuantas veces habremos dicho la genial frase… “KITT te necesito”.

Aunque yo personalmente, siempre he preferido conducir un DeLorean DMC-12. Imaginar que soy Michael J. Fox,  atravesando la barrera del tiempo para ir en ayuda de mi buen amigo el científico excéntrico  Dr. Emmett L. Brown. Poder cambiar la línea del tiempo para que nuestros padres se conozcan y enamoren o incluso para poder partirle la cara a ese tipo desagradable con el que tuve alguna palabra en el pasado.

Pero todo esto a la mayoría de los mortales nos queda un poco grande. El principal problema, de donde sacamos el dinero para nuestra mansión, nuestro traje ajustado, el camión taller, o el condensador de fluzo. La posibilidad pensar en los prestamos coche nuevo. Y si no, conformarnos con nuestro utilitario.

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