Pezqueñines sí gracias, el gran error de pescar peces grandes

pescadoYa fue en el año 1376 cuando Inglaterra discutía en su Parlamento, la necesidad de restringir la captura de peces por debajo de un determinado tamaño. El razonamiento era que si se capturaba los ejemplares más pequeños, éstos no llegarían jamás a hacerse mayores, provocando la extinción de las especies. Desde aquel entonces la selección de ejemplares que sobrepasan un determinado tamaño se convirtió en la práctica generalizada a lo largo del mundo entero.

Sin embargo parece que seguir esa premisa no es lo más adecuado. Los peces adultos grandes presentan algunas ventajas frente a los pequeños. En primer lugar, se reproducen más eficientemente. El número de huevos es muy superior y también la tasa de crecimiento. Además, estos huevos son de mayor tamaño lo que redunda en una cantidad superior de alimentos para las crías. En segundo lugar, los ejemplares grandes presuponen una mejora en la especie. Son más fuertes y más rápidos. Poseen más capacidades para enfrentarse ante depredadores naturales o ante las enfermedades.

Estas ventajas suponen una mejora adaptativa. Los individuos ceden sus genes a la prole, asegurando la evolución de la especie; poco a poco, como ha sucedido con el resto de seres de nuestro planeta. Pero si nos dedicamos a capturar peces de tamaño pequeño, esta clasificación natural queda alterada. Los ejemplares más pequeños sobreviven en lugar de los más grandes. Los genes que perduran en las siguientes generaciones son los de los individuos de menor tamaño, realizándose una selección inversa.

En recientes investigaciones, se ha comprobado que el tamaño medio de los peces comerciales se ha reducido a la mitad en los últimos 40 años. Esto significa que es necesario el doble de capturas para conseguir el mismo peso para los mercados. El resultado es que estamos dedicándonos a proteger ejemplares más pequeños y menos capacitados.

Desde hace algunos años, varias instituciones científicas han propuesto la necesidad de cambiar los hábitos de pesca selectiva. La mejor opción sería la de capturar la mayor variedad de tamaños sin preponderar una talla en particular. Se realizarían capturas de ejemplares grandes y pequeños en proporciones similares a las existentes en la población de su especie. De esta forma no premiaríamos a los peores individuos, manteniendo los criterios de selección natural.

Visto en libertaddigital.com

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