¿Qué aporta la tecnología basada en carbón limpio?

carbón limpioDurante décadas, el “carbón limpio” ha sido un sueño político. Una idea de que el carbón, una de las fuentes de energía más antigua y sucia podría convertirse en una energía limpia que pueda seguir usándose sin perjudicar el medio ambiente.

El término de “carbón limpio” se ha aplicado a muchas tecnologías, desde “lavadoras húmedas” que eliminan el azufre de los gases emitidos en la quema de carbón, hasta el lavado de carbón que elimina el azufre antes de ser quemado. El término de limpio puede aplicarse a cualquier tecnología que aumente la eficiencia de las plantas que utilizan carbón como energía. Sin embargo el término de “carbón limpio” se viene asociando a la tecnología desarrollada para la captura y almacenamiento de carbono, (CCS por sus siglas en inglés).

La tecnología CCS existe desde la década de los años 80 del siglo pasado. Se basa en la captura y almacenamiento de carbón atrapando el CO2 emitido. Se trata de una tecnología totalmente diferente a la que se lleva a cabo mediante la eliminación del dióxido de azufre y la emisión de partículas, por el lavado del carbón o de los gases de emisión.

La tecnología CCS se podría integrar en las actuales plantas de generación de energía, capturando el CO2 generado antes de emitirlo a la atmósfera, comprimiéndolo y deshidratándolo, con lo que se dejaría listo para su transporte y almacenamiento.

El CO2 obtenido se podría enviar mediante tuberías a otros puntos debajo de la tierra, con la idea de almacenarlo en lugar de liberarlo a la atmósfera. Lugares ideales para el almacenamiento podrían ser campos petrolíferos o de gas abandonados, donde el gas podría permanecer durante millones de años uniéndose químicamente a la roca circundante.

El problema del uso de la tecnología CCS es el coste de construcción y mantenimiento de las centrales, por lo que solo existen en el mundo 21 plantas que utilicen esta tecnología.

La tecnología también tiene sus críticas. Mientras que CCS puede capturar efectivamente alrededor del 90% del CO2 producido en las centrales eléctricas, algunas estudios señalan el hecho de que el carbón tiene tantos contaminantes que ninguna tecnología singular puede capturarlos todos.

La Agencia Internacional de la Energía apunta que el mundo necesita capturar y almacenar casi 4.000 millones de toneladas por año de CO2 en 2040 para alcanzar un escenario en el que la temperatura de la Tierra se eleva solo 2 grados.

El problema para el medio ambiente es que la capacidad actual de captura de carbono para proyectos en operación o en construcción se sitúa en aproximadamente 40 millones de toneladas, una cifra insignificante. Lo que nos quiere decir que aún tenemos muchísimo camino por andar.

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