Recomiendan no consumir ciertos pescados por su alto nivel en mercurio

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha actualizado su guía de consumo de pescado para prevenir los efectos negativos del mercurio, un metal pesado, que se encuentra en multitud de productos pesqueros.

Como señala este organismo, dependiente del Ministerio de Sanidad, a partir de su liberación al Medioambiente el mercurio está presente en aguas de mares y ríos y puede concentrarse, en proporción variable, en los pescados. La cantidad de mercurio en los peces está relacionada con su posición dentro de la cadena trófica, por tanto, los peces depredadores, de gran tamaño y más longevos como el pez espada, tiburón, atún rojo o lucio tienen concentraciones más altas.

Este fenómeno se conoce como bioacumulación. Esas cuatro especies son las que conforman la «línea roja» del alto contenido en mercurio. Recordamos: Pez espada/Emperador, Atún rojo (Thunnus thynnus), Tiburón (cazón, marrajo, mielgas, pintarroja y tintorera) y Lucio. Dentro de las especies con bajo contenido están: Abadejo, Anchoa/Boquerón Arenque, Bacalao, Bacaladilla, Berberecho, Caballa, Calamar, Camarón, Cangrejo, Cañadilla, Carbonero/Fogonero, Carpa, Chipirón, Chirla/Almeja, Choco/Sepia/Jibia, Cigala, Coquina, Dorada, Espadín, Gamba, Jurel, Langosta, Langostino, Lenguado europeo, Limanda/Lenguadina, Lubina, Mejillón, Merlan, Merluza/Pescadilla, Navaja, Ostión, Palometa, Platija, Pota, Pulpo, Quisquilla, Salmón atlántico/Salmón, Salmón del Pacífico, Sardina, Sardinela, Sardinopa, Solla, y Trucha. Las demás especies de productos de la pesca no mencionadas específicamente se entenderán con un contenido medio en mercurio.

El mercurio puede afectar al sistema nervioso central en desarrollo, por exposición directa tras el consumo de ciertos alimentos o indirectamente al poder atravesar la placenta. También puede estar presente en la leche materna.

Por esto, la AECOSAN ha actualizado sus recomendaciones haciendo más hincapié en la población vulnerable. Mujeres embarazadas, que planifiquen estarlo, en período de lactancia y niños de 0 a 10 años, deben evitar totalmente el consumo de las especies con alto contenido en mercurio.

En cuanto a los niños de entre 10 y 14 años, hay que limitar el consumo de esas especies a 120 gramos al mes. Para ambos grupos, se aconseja el consumo de entre tres y cuatro raciones de pescado por semana, variando entre blanco y azul. En la población general no existen restricciones.

Desde la AECOSAN se recuerda que comer pescado no solo es seguro, también saludable. Aporta energía, es una fuente de proteínas de alto valor biológico y contribuye a la ingesta de nutrientes esenciales como el yodo, el selenio, el calcio y las vitaminas A y D. También tiene un buen perfil lipídico proporcionando ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, que es un componente de los patrones dietéticos asociados con la buena salud, y pocos ácidos grasos saturados.

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