Un trillo es una herramienta agrícola que se destinaba a separar el trigo de la paja lo que se llama trillar. Es un tablero grueso, hecho con varias tablas, de forma rectangular o trapecial, con la parte frontal algo más estrecha y curvada hacia arriba, similar a un trineo y cuyo vientre está guarnecido de esquirlas cortantes de piedra o de sierras metálicas.
Las dimensiones de los trillos variaban, pero, en España, suelen tener hasta dos metros de largo, por metro y medio de ancho (aproximadamente). Habiendo trillos más pequeños, hasta llegar a un metro de ancho por metro y medio de largo, más o menos.1 El grosor de los listones de los trillos es de unos cinco o seis centímetros.
El trillo era arrastrado, por dos mulas o por dos bueyes sobre las mieses repartidas en la era. Al moverse en círculos sobre la cosecha extendida, las lascas de piedra, o las cuchillas, cortaban la paja y la espiga, que quedaba entre el trillo y el empedrado de cantos rodados del suelo de la era, separando la semilla sin dañarla. Posteriormente se amontonaba la mies y se disponía para ser limpiada por medio de algún sistema de aventado.