Un equipo de científicos españoles crea en china embriones mezcla de mono y humano

El equipo del científico español Juan Carlos Izpisua ha creado 132 embriones con una mezcla de células de mono y humano en un laboratorio de China que llegaron a crecer durante 19 días fuera del útero, momento en el que los investigadores interrumpieron el estudio.

El verdadero objeto del estudio es la creación de “quimeras” de cerdo y persona, con la meta final de generar órganos humanos en el ganado porcino. La Organización Mundial de la Salud calcula que se hacen unos 130.000 trasplantes al año en el planeta, menos del 10% de los necesarios. El equipo de investigadores  argumenta que “cada año mueren decenas de miles de pacientes en la lista de espera para un órgano”. Esos nuevos órganos paliarían el problema.

El grupo de Izpisua —del Instituto Salk, en La Jolla (Estados Unidos)— ya anunció en 2017 la creación de rudimentarias quimeras de cerdo y humano, en las que apenas había una célula humana por cada 100.000 porcinas. Para entender este fracaso, atribuido a los 90 millones de años de evolución que separan a estos animales y a las personas, el investigador español decidió intentarlo con dos especies mucho más próximas: los monos y los humanos.

Los investigadores han utilizado óvulos de una decena de hembras de macaco cangrejero, los han fecundado con espermatozoides de la misma especie y, tras seis días de cultivo en el laboratorio, han obtenido 132 diminutos embriones, con 110 células animales cada uno. El equipo ha añadido a esas estructuras 25 células humanas, previamente reprogramadas con un cóctel químico para ser capaces de convertirse en cualquier tipo celular: piel, músculo, hígado, corazón. El resultado, 19 días después de la fecundación, es una bolita mixta de 10.000 células, con un porcentaje humano del 7% como máximo. Los experimentos se han llevado a cabo en el Laboratorio de Investigación Biomédica con Primates de Yunnan, una instalación con miles de monos en la ciudad china de Kunming.

El estudio presenta todo tipo de consideraciones éticas ya que las quimeras de humanos y animales están traspasando los límites éticos y científicos establecidos. El resultado de los experimentos puede ser interesante, pero justificar su realización en el contexto de la medicina regenerativa para generar órganos humanos en animales para trasplantes aun es un objetivo muy lejano y se pueden utilizar otros métodos más aceptables éticamente hablando como el uso de animales evolutivamente más alejados del ser humano.

El jurista Federico de Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España, se pregunta por qué los experimentos se han llevado a cabo en China: “¿Es porque científicamente están más avanzados o es porque éticamente están más relajados?”. A De Montalvo le preocupa el posible uso dual de estos avances científicos. “El objetivo actual es digno de aplauso, pero quizá habría que plantearse también si se puede utilizar para otros fines, como crear una especie de sujeto intermedio. El riesgo es abrir un camino que puedan recorrer otras personas”, reflexiona este experto, al frente del máximo órgano consultivo del Gobierno español en el campo de la ética científica.

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