Una empresa belga implanta chips a varios de sus empleados

chipLa empresa belga, de software especializado, NewFusion ha implantado un chip a varios de sus empleados. Una sencilla manera de abrir las puertas o acceder al ordenador.

El dispositivo es similar al que se utiliza para identificar a las mascotas y consiste en una funda de cristal poco más grande que un grano de arroz con tecnología de identificación por radiofrecuencia (RFDI) y una memoria de 868 bytes.

La tecnología RDFI puede ser activa, cuando emite señales rastreables y cuya aplicación es corriente en almacenes industriales o en la ganadería, o pasiva, como la que hicieron implantar en diciembre en siete de los doce trabajadores de NewFusion.

El chip se inserta en la mano, entre el índice y el pulgar, y funciona como una matrícula cuyo número de serie puede cambiarse desde una aplicación del teléfono móvil. No contiene ningún dato del usuario y no emite señales que permitan localizar al portador, simplemente sustituye a las tarjetas personales comunes en muchas compañías.

Un tatuador se encarga de insertarlo con una jeringuilla del mismo calibre que las que se emplean para donar sangre. Se siente el pinchazo, dicen, pero después el dolor desaparece y queda una pequeña marca en la piel, aunque en algunos casos se puede distinguir el implante en forma de pequeña protuberancia.

La idea surgió de los empleados que perdían su tarjeta para abrir la puerta. La compañía ya utilizaba ese tipo de tecnología inalámbrica en algunos de los productos que diseñan y les pareció natural aplicarlo a sus propias oficinas. Y de paso beneficiarse del impacto mediático de la maniobra.

Otros futuros usos de estos chips podría ser sustituir a los pasaportes, las tarjetas bancarias y abonos de transporte o incluir información médica para conocer el tipo sanguíneo de un herido inconsciente al que hay que atender urgentemente, o si presenta alergia a algún medicamento.

Se puede incluso imaginar un futuro con implantes más avanzados que midan parámetros médicos en tiempo real, como el azúcar en la sangre de un diabético o la presión arterial en alguien con problemas cardiovasculares.

Aunque también hay quien está totalmente en contra de estos implantes y prefieren seguir usando la tarjeta de toda la vida para abrir las puertas.

Visto en elmundo.es

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