Nuestra cara en el futuro podría ser así
En el año 100.000 al fin, igual hemos descubierto la vida alienígena. Por otra parte, podemos imaginar cómo será la vida en la Tierra. O por lo menos como será a los ojos de un artista y un genetista.
Nickolay Lamm, el primero, y el Dr. Alan Kwan de la Universidad de Washington, éste último, decidieron averiguar a qué se parecería la raza humana dentro de 100.000 años, presumiendo que nuestra historia continúe por el camino que parece seguir.
La primera gran diferencia entre el homo sapiens de hoy y el de mañana es la magnitud de nuestras cabezas. El tamaño de nuestras cabezas será sensiblemente mayor, ya que nuestros cerebros serán más grandes y por tanto necesitarán una estructura contenedora mayor.
Los cerebros más grandes, también serán útiles, ya que nos ayudarán a conquistar algunos de los aspectos más avanzados de nuestro alrededor.
La adaptación a nuestro entorno también provocará algunos cambios.
En primer lugar, nuestros ojos crecerán hasta asemejarnos a caricaturas anime, de un tamaño enorme, para manejarnos en los entornos que nos tocarán vivir al estar más alejados del sol. Aunque podría parecer extraño a primera vista, nuestra piel tendrá más pigmentación por la misma razón, estaremos más lejos del Sol. Por lo tanto perderemos también la protección de la capa de ozono.
Por último, necesitaremos unos párpados más gruesos y unos arcos supericialres, mucho más pronunciados como consecuencia de los efectos producidos por la baja o nula gravedad a la que podríamos estar sometidos por lo cotidiano de los viajes espaciales.
Y, por supuesto, la cara será ligeramente diferente con líneas más fuertes, nariz más recta. Un ejemplo de esa antigua idea de la proporción aurea de simetría perfecta.
