El primer nuevo mundo (Isla Uno)

En un futuro soñado en 1976 por Gerard K. O’Neill, en el que se soñaba un futuro de colonización espacial, las nuevas colonias humanas deberían albergar poblaciones de cierta envergadura. Para comenzar, en términos económicos y obedeciendo a lo que conocemos como economía de escala, para que las colonias sean rentables como centros de producción y comercio, deberán alcanzar un mínimo de población fijada en varios millares de personas. En la Isla Uno todo el mundo tendrá un cometido y se espera que el desempleo sea cero.

En un primer momento, durante las primeras fases de construcción (Isla Uno), las condiciones de vida y acomodación serán sencillas y carentes de las comodidades ideadas en las fases finales. Primeros diseños del proyecto indican la posibilidad de acomodar a 10.000 personas en el espacio.

La Isla Uno podría llegar a tener un total de tres millones de toneladas, contando con edificios, terrenos y atmósfera. Giraría aproximadamente una vez cada treinta y un segundos para que en las zonas residenciales puedan disfrutar de una gravedad semejante a la de la Tierra. En términos generales, se hablaba de una inversión inicial de unos cien mil millones de dólares (de los años 70) –dos veces el Proyecto Apolo– siempre y cuando los materiales no fuesen acarreados desde la Tierra, es decir, usando la Luna y diversos asteroides como fuente de materiales.]

En el módulo agrícola. La luz, nutrientes y agua serán fundamentales para su productividad. Las estimaciones preliminares sobre productividad agrícola sugieren la necesidad un área total de un cuadrado de 800 metros de lado, que no requerirá tener una forma específica siempre y cuando reciba luz, agua, suelo y nutrientes.

La solución más práctica puede ser la de anillos toroides, donde las máquinas cosechadoras pudiesen recorrerla sin obstáculos, con techos transparentes semejantes a un invernadero. La mayor parte de la producción estaría mecanizada, siendo reducida la necesidad de humanos.

La población, estimada en 10.000 habitantes, podría ser una comunidad típica con apartamentos, zonas verdes, piscinas y 45 m² de parcela por habitante. Cada vivienda familiar podría ser de 230 m² por planta. Los apartamentos se acomodarían en la pared interior de forma escalonada, dejando la parte más cercana al ecuador para zonas comunes.

En el ecuador habría un pequeño río, con ensanches y lagunas, que podrían servir para practicar la natación. La forma que daría solución a esta primera fase sería la conocida como Esfera de Bernal, con un kilómetro y medio de circunferencia y ventanas que permitiesen la entrada de luz solar. Su pared exterior, necesitada de cierto grosor, sería de al menos veinte centímetros, es decir, un blindaje semejante al de un acorazado.

Las comunidades podrán gozar de diversiones variadas como restaurantes, cines, bibliotecas, salas de baile, etc. se espera que a su vez cada pequeña comunidad humana desarrolle pequeños rasgos de identidad particular, enriqueciendo la oferta de actividades y experiencias de la colonia.

La esfera podría ser dividida en tres espacios iguales con sus respectivas comunidades. Cada comunidad tendría un régimen diferente de día-noche con el fin de obtener la máxima eficiencia posible de la maquinaria y plantas de producción del hábitat. Con dicho sistema, nadie en la colonia se vería forzado a trabajar en turnos nocturnos (como pasa en la Tierra) y sufrir trastornos en su reloj biológico.

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