En cuestión de segundos y en la propia explotación agrícola, un dispositivo que cumple las funciones de la lengua humana promete precisar cuál es el momento ideal para recolectar las uvas de las viñas y dar inicio al proceso de vendimia para la fabricación del vino.
Sus creadores lo llaman «lengua volumétrica o electrónica» y funciona mediante el análisis de la cantidad de azúcar, el nivel de acidez total, y el pH de las uvas. El invento ha sido desarrollado en la Universidad Politécnica de Valencia.
La «lengua», que es básicamente un cilindro de acero equipado con electrodos, analiza estos tres elementos, que son los indicadores del mejor momento para cosechar las uvas.
Tradicionalmente los niveles de azúcar se vienen determinando con aparatos específicos en un laboratorio.
El proceso electrónico es similar a lo que experimentan los seres humanos y los animales cuando el órgano que se encuentra dentro de la boca entra en contacto con algún sabor.
Primero, la lengua de los seres vivos determina si se trata de una sustancia amarga, dulce o ácida. Posteriormente, realiza un proceso más complejo y reconoce si es una fruta, un vegetal o cualquier otra cosa.