Hace un par de años, el cirujano Anthony Atala saltó a los medios de comunicación al presentar su proyecto, en fase experimental, según el cual algún día se podría solucionar el problema de la donación de órganos mediante su impresión digital en una impresora 3D. En aquel momento presentó un riñón impreso en 3D con biotinta, que replicaba perfectamente un riñón.
Hoy un equipo de científicos chinos ha impreso correctamente una serie de riñones vivos, en lo que supone un gran paso en el campo de los trasplantes de órganos.
El principal obstáculo antes de poder utilizar estos órganos en un trasplante a un ser humano viene de que los riñones impresos por el equipo chino, solo tiene una vida útil de cuatro meses, lo que no en ningún momento podría ser considerado como una solución definitiva.
Se pueden conocer más detalles del proyecto en el video que aparece a continuación.
Visto en dvice.com.