¿Qué tecnología nos esconde Cervantes en el Quijote?

«La caballería andante es una ciencia -replicó don Quijote– que encierra en sí todas o las más ciencias del mundo…».

En tiempos de Cervantes aún faltaban un par de siglos para el desencadenamiento de la revolución tecnológica. En plena Edad Media europea, tuvieron lugar mejoras e innovaciones significativas en los métodos arquitectónicos o en el diseño de instrumentos agrícolas, molinos de viento y de agua, relojes y otros mecanismos.

Los inventos de Juanelo Turriano

La mayor parte de estos avances son anónimos, pero en tiempos próximos a Cervantes comienza a quedar constancia del nombre de algunos inventores, como Juanelo Turriano (1501-1575), italiano afincado la mayor parte de su vida en España, que trabajó durante los reinados del emperador Carlos y de Felipe II.

Juanelo realizó diversas obras, como una rueda de paletas movida por el Tajo para elevar agua a Toledo, diversos relojes, en especial uno astronómico cuya construcción le llevó más de veinte años, que además de señalar la hora seguía los movimientos de los planetas, el sol y la luna, así como la aparición de los signos del zodíaco.

Uno de los inventos más curiosos de Juanelo Turiano fue la construcción de autómatas, en particular uno de madera, el hombre de palo, que según la tradición acudía diariamente al palacio arzobispal a recoger el mollete para que Juanelo pudiera comer.

La cabeza parlante

Podemos preguntarnos si Cervantes conoció los autómatas de Juanelo, que de algún modo podrían haberle brindado la idea de la cabeza parlante que se describe en la segunda parte del Quijote, durante la visita del hidalgo a Barcelona.

El Quijote y la imprenta de Gutenberg

Otro de los avances tecnológicos importantísimos, algo anterior a Cervantes, sin el cual quizá el Quijote no habría obtenido la difusión que consiguió es la imprenta. La imprenta ya tenía siglo y medio de antigüedad en Europa cuando se publicó la primera parte del Quijote, aunque se utilizaba en China desde medio milenio antes.

Cervantes paga su deuda con Gutenberg haciendo que don Quijote visite una imprenta durante su estancia en Barcelona, justo después de la aventura de la cabeza parlante:

La visita a la imprenta dura varias páginas y termina cuando don Quijote la abandona airado al toparse con un ejemplar del falso quijote de Avellaneda, con lo que Cervantes aprovecha para lanzarse con todo lo que puede contra ese libro y contra su autor.

Para terminar este repaso por el mundo tecnológico que rodea al Quijote y a Cervantes hablaremos del batán, la máquina enfurtidora de paños compuesta de gruesos mazos movidos por energía hidráulica, que tanto asustó a don Quijote y Sancho en la segunda parte.

…el buen caballero andante, aunque vea diez gigantes que con las cabezas no sólo tocan, sino que pasan las nubes, y que a cada uno le sirven de piernas dos grandísimas torres, y que los brazos semejan árboles de gruesos y poderosos navíos, y cada ojo como una gran rueda de molino y más ardiendo que un horno de vidrio, no le han de espantar en manera alguna…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.