Origami se denomina al arte japonés del plegado de papel sin utilizar tijeras ni pegamento para obtener formas variadas. ¿Podríamos imaginar un microscopio impreso en una lámina de papel preparado para doblarse y empezar a funcionar?
El invento se llama foldscope. Diseñado por técnicos de la Universidad de Stanford, el microscopio origami tiene también una lente y un LED, así como un portaobjetos. Su montaje, aseguran sus inventores, es de lo más sencillo y puede aumentar los objetos más de 2.000 veces.
La idea original fue crear un dispositivo económico para poder diagnosticar enfermedades en países en vías de desarrollo. Pero sus creadores, pronto se dieron cuenta de que podían ayudar a la comunidad científica en sus investigaciones.
Para comprobar lo sencillo que resulta el montaje los técnicos responsables del invento realizaron una prueba dando a montar a más de 11.000 candidatos de 130 países de más de seis años de edad e incluyendo algún premio Nobel que se ofreció como voluntario para doblar su propio microscopio.
El experimento se espera que sirva para inspirar a los estudiantes para posteriormente continuar con sus propios descubrimientos. Una idea con la que sueñan los inventores es que cada libro de biología contara con un foldscope en su última página, así no solo se conseguiría transmitir conocimientos si no estaríamos entregando herramientas para conseguir ese conocimiento.
Los beneficios del Foldscope
Durable: si lo dejas caer desde un tercer piso aguantará para seguir funcionando otro día.
Económico: cuando los componentes se compran por separado el foldscope cuesta sólo 44 céntimos de euro y las lentes de aumento 31 céntimos.
Portátil: el microscopio de papel cabe en el bolsillo y pesa menos que un lapicero.
Sencillo: la primera vez se tarda unos diez minutos en montar el foldscope, sus inventores lo pueden hacer en tan solo un par de minutos.
Visto en popsci
