La alerta ha saltado por una serie de imágenes captadas por el telescopio espacial Kepler. Andrew Vanderburg del departamento de Astronomía de Harvard, ha detectado a unos 570 años luz fragmentos de roca orbitando la “estrella moribunda” WD 1145+017 que pondría en evidencia la presencia de una enana blanca.
El problema es que la enana blanca destruyendo los planetas a su alrededor podría ser un presagio de lo que en un futuro podría pasar con nuestro sistema solar. Según los expertos parte de los cuerpos rocosos pertenecen a algún planetoide.
Al agotar su combustible interno, nuestro Sol también se transformará en una enana blanca convirtiendo nuestro sistema solar en basura espacial.
Irremediablemente la Tierra desaparecerá dentro de 4 000 o 5 000 millones de años y la única solución que nos queda es abandonar nuestro planeta antes de que esto suceda.
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