La Agencia Espacial Europea (ESA) confía en poder reactivar entre mayo y junio el módulo Philae, el primer artefacto dirigido por el ser humano que ha conseguido aterrizar sobre un cometa, tras separarse de la sonda madre Rosetta.
La misión de Rosetta y Philae debería concluir a finales de 2015 pero la ESA confía en que se amplíe un año más. La clave será que la temperatura de Philae supere los 0 grados Celsius cuando el cometa en el que se acerque al Sol, lo que permitirá que las baterías del módulo comiencen a cargarse de energía solar.
Philae se posó sobre el cometa 67/P Churyumov-Gerasimenko el pasado 12 de noviembre tras tres aterrizajes y dos rebotes, lo que hizo que no cayera en el punto programado y que quedara en una zona oscura y rocosa, sin la luz necesaria en estos momentos para cargar las baterías y trabajar de forma autónoma.
El 15 de noviembre, 57 horas tras el histórico aterrizaje, entró en hibernación, aunque antes fue capaz de enviar a la Tierra información de sus primeros experimentos. En estos momentos, la sonda madre Rossetta se encuentra a 29 kilómetros del cometa y se espera que en febrero pueda acercarse a seis kilómetros de la superficie del cometa y enviar imágenes de la misma.
Los científicos de la ESA siguen estudiando la información recibida de Rosetta y de Philae, una misión que debería concluir a finales de 2015 pero que se amplíe un año más, dependerá, de los resultados que se obtengan en los trabajos científicos y de que se logre una ampliación del presupuesto. La sonda Rosetta y su módulo Philae fueron reconocidos por las revistas científicas Science y Nature como uno de los grandes logros de 2014.
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