Hasta el momento teníamos dos posibilidades a la hora de comprar muebles. O íbamos a la tienda encargábamos y venía más o menos montado a nuestra casa (luego vendrán los montadores) o nos llevábamos la caja en un paquetito y pasábamos una tarde entretenida en casa persiguiendo al tornillo Birkeland.
Ahora tenemos una tercera posibilidad. El diseñador belga Carl de Smet nos presenta una tercera opción. Sus muebles vienen reducidos hasta un cinco por ciento de su tamaño y sin instrucciones de montaje. En su lugar una vez abierto el paquete original se expanden lentamente.
Los muebles están hechos de polímeros ligeros con memoria de su preforma, lo que permite comprimirlos. Esta propiedad también nos los salva de los posibles daños que les hagamos una vez montados.
El único requisito para que nuestros muebles se expandan es el calor. Por el momento, la temperatura necesaria es de setenta grados. Actualmente el inventor está experimentando con los rangos de temperatura superiores. Para evitar el riesgo de que se produzca la expansión durante su transporte o incluso la posibilidad de activar el proceso mediante la electricidad.
La producción de estos muebles no parece complicada, una vez decidido el diseño se talla un bloque sólido del polímero o se moldea por inyección. Ambos métodos son rápidos si se dispone de maquinaria adecuada.
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