¿Qué es la carga rápida de nuestro smartphone y cómo funciona?

La carga rápida es una función que algunos fabricantes de smartphones utilizan para minimizar los tiempos de carga del teléfono, consiguiendo recuperar hasta el 30% de su carga en poco más de 5 minutos de carga.

La carga rápida se basa en aumentar la potencia que recibe la batería durante un periodo limitado de tiempo, sin que esto afecte a su vida útil o a su seguridad. La potencia se mide en vatios (W), y se obtiene multiplicando el voltaje (V) por la intensidad (A). Así, una mayor potencia implica una mayor velocidad de carga.

Sin embargo, no todas las baterías ni todos los cargadores son capaces de soportar la misma potencia. Por eso existen diferentes tipos de carga rápida, cada uno con sus propias características y requisitos. Algunos de los más populares son:

USB Power Delivery (USB-PD)

Se trata de un estándar abierto que permite adaptar la potencia según las necesidades del dispositivo, desde 5W hasta 100W. Es compatible con el conector USB-C, y lo usan marcas como Apple, Google o Samsung.

Quick Charge de Qualcomm

Es uno de los más extendidos, ya que lo usan muchos móviles con procesadores Snapdragon. Tiene varias versiones, desde la 1.0 hasta la 5.0, que ofrecen potencias desde 10W hasta 100W. Requiere un cargador y un cable específicos.

Super Charge Turbo de Xiaomi

Es el más rápido del mercado, ya que puede alcanzar los 120W de potencia. Esto significa que puede cargar un móvil de 4.000 mAh en solo 17 minutos. Solo está disponible en algunos modelos de alta gama de la marca china.

Otros tipos de carga rápida son: SuperCharge de Huawei y Honor, Super Fast Charging de Samsung, la carga rápida de Apple, OPPO, Realme y OnePlus, Pump Express de MediaTek o TurboPower de Motorola.

Ventajas e inconvenientes de la carga rápida

La principal ventaja de la carga rápida es evidente: permite recargar el móvil en mucho menos tiempo que con una carga normal, lo que supone una gran comodidad para los usuarios.

Además, la mayoría de los sistemas de carga rápida son inteligentes, es decir, reducen la potencia cuando la batería está casi llena, para evitar el sobrecalentamiento y el desgaste.

Sin embargo, la carga rápida también tiene algunos inconvenientes. Por un lado, no todos los móviles son compatibles con todos los tipos de carga rápida, por lo que hay que asegurarse de usar el cargador y el cable adecuados para cada caso. Por otro lado, la carga rápida puede afectar a la vida útil de la batería a largo plazo, ya que genera más calor y estrés en las celdas. Por eso, se recomienda usarla solo cuando sea necesario, y no abusar de ella.

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