Un grupo de estudiantes de Madrid convierte un Seat 600 en un vehículo eléctrico

El 27 de mayo de 1957 se empezó a producir y a hacer la historia del Seat 600. No fue el primer vehículo que fabricó SEAT, pero sí el más popular ya que su incorporación a las carreteras a finales de los años 50, marcó un hito y la motorización definitiva de nuestro país.

El primer objetivo inicial de SEAT previsto (1953 – 1957), calculado en 5.000 coches, fue superado con creces, alcanzando en este año, la cifra de 11.178 unidades fabricadas con el modelo del Seat 1400.

El Seat 600, en su primera edición, tenía una cilindrada de 633 cm3 y una potencia de 21,5 CV. Alcanzando una velocidad de 95 Km./hora.

El coche se fabricó en la factoría de la Zona Franca de Barcelona ampliando así la oferta del catálogo de la marca con versiones descapotable, berlina y comercial, completando la gama de un modelo del que, en sus 16 años de producción, llegarían a fabricarse casi 800.000 unidades.

El primer año de producción, se entregaron 2.510 unidades. La plantilla entonces era de 5.000 trabajadores. Esta cifra, significaba que, puestos en fila, podría unirse Madrid con el mar Un

Un Seat 600 completamente eléctrico

El Seat 600 eléctrico jamás hubiera sido imaginado en los planes de movilidad de Seat, pero se ha hecho real gracias al trabajo de un grupo de estudiantes del colegio colegio San Patricio de Madrid.

En el proyecto de convertir un 600 clásico con motor de gasolina en un coche eléctrico ha participado una docena de estudiantes de Tecnología Industrial.

En total la conversión ha necesitado de 150 horas de trabajo, y la fabricación de diez piezas específicamente diseñadas y fabricadas por los jóvenes.

Además de la electrificación de este 600 eléctrico «Generación Z» ha incorporado tecnologías del siglo XXI como una pantalla táctil y el encendido automático de luces, que además ahora son led.

Este 600 eléctrico incluye además un panel solar fotovoltaica en el techo, que convierte la energía del sol en electricidad capaz de recargar una pequeña parte de las baterías del coche.

Del motor de combustión al motor eléctrico

El gran misterio para los estudiantes no tuvo nada que ver con los aspectos técnicos y tecnológicos de convertir un coche de gasolina en un coche eléctrico. En cambio, la gran incógnita para ellos era cómo era posible que pudiera viajar ahí dentro toda una familia.

A pesar de algún que otro tropiezo inicial, como que cuando estaba todo a punto el coche empezó a echar humo, el proyecto ha salido bien; el coche funciona y los abuelos de los estudiantes han recibido con sorpresa el regreso de un coche de su época con la última tecnología, en un proyecto que pone de manifiesto las posibilidades de emplear tecnologías de última generación sobre máquinas que pertenecen al pasado.

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