La contaminación por plásticos es un problema global que se ha incrementado de forma alarmante en las últimas décadas. Como ejemplo China el es mayor productor mundial de residuos de plástico con 25.357.000 toneladas según datos del 2019 y se calcula que cada segundo se vierten 200 toneladas de plástico a los fondos marinos.
Los restos de microplásticos afectan no sólo a mares y océanos, también a bosques, ríos y, en consecuencia, a insectos, peces y otros animales. Un reto que la humanidad por el momento no ha podido atajar, pero en el que miles de investigadores trabajan para diseñar una solución.
La bacteria devoradora de plástico
Una de las alternativas más prometedoras que se están estudiando es la relacionada con una bacteria que devora el plástico y lo descompone. Esta sorprendente bacteria se descubrió en el año 2016, cuando un equipo de investigación japonés concluyó que la biodegradación del plástico podría acelerarse gracias a la Ideonella sakaiensis, una nueva especie de bacteria aislada que ingiere plástico y es capaz de descomponerlo en elementos no contaminantes para el medio ambiente.
Desde ese momento, expertos de todo el mundo han estudiado el proceso por el que la Ideonella sakaiensi sería capaz de “eliminar” los restos plásticos. Y los resultados son muy prometedores. De hecho, si se consigue utilizar de un modo adecuado y efectivo, la comunidad científica tiene muchas esperanzas en que puede esta bacteria ayude a reducir la contaminación por plásticos en todo el mundo.
Producción natural de plásticos biodegradables
Uno de los estudios más recientes señala que la bacteria Ideonella sakaiensis puede convertir por fermentación plásticos PET, unos de los más contaminantes para el medio ambiente, en plásticos PHB que son altamente biodegradables.
Esto supone un importante paso y es una muestra más de las prometedoras aplicaciones que tiene esta “superbacteria”. No sólo en el reciclaje de polietilenos, también en la producción sostenible de plásticos biodegradables.
El uso de plástico en la sociedad actual es masivo en prácticamente todas las industrias y actividades de la vida. Especialmente en productos cotidianos de un solo uso como envoltorios, bolsas de plástico o botellas.
Un problema para el medio ambiente y la salud
Muchos de estos consumibles no se reciclan de forma correcta y pasan a contaminar el medio ambiente con graves consecuencias en los ecosistemas. Es más, se estima que el problema de la contaminación por plásticos podría llegar a afectar a la salud de las personas.
Además, las emisiones de gases efecto invernadero que se producen en todo el ciclo de vida del plástico, desde su extracción como petróleo hasta su transporte, procesamiento, fabricación, consumo y reciclaje es uno de los factores más determinantes que incrementan la temperatura del planeta aumentando el cambio climático.
De hecho, se estima que cada año más de 8 millones de toneladas de plásticos terminan en el mar y en los océanos. Para ejemplificar de una forma gráfica es como si un camión de basura vertiera toda su carga en la costa cada minuto.
Por ello, debido a la magnitud del problema, expertos e investigadores de todo el mundo están buscando enfoques alternativos para «limpiar» los plásticos y la bacteria que devora plástico puede ser una de las herramientas fundamentales para abordar uno de los retos ambientales más importantes.
