El nuevo oro líquido del que España es principal productor

La resina, el nuevo oro líquido de nuestros campos, se recolecta gota a gota con la paciencia de un oficio del pasado que tiene mucho futuro. Se trata de un producto muy versátil, sostenible y renovable. Y el corazón de esta oportunidad se encuentra principalmente en los bosques de Castilla y León.

España tiene el mayor número de fabricantes de resina de Europa, es fuente de empleo rural, elemento de fijación de población y herramienta de conservación del propio patrimonio forestal y natural.

Un potencial como materia prima

Su potencial se calcula de tal manera, que la miera –que es el nombre de la resina extraída del pinar– aporta el 65% de la materia prima necesaria para la industria química del pino a escala mundial. Una industria que tiene un volumen de negocio global en torno a los 10.000 millones de dólares, proporcionando más de 10.500 empleos industriales y cerca de 220.000 empleos para resineros de todo el mundo.

Este revivir de la resina conoció épocas mejores. Existió un boom de su uso en España en los años sesenta hasta los noventa. Por entonces, entraron producciones de China y bajó el precio, lo que inviabilizó en España su aprovechamiento. Y no será hasta el 2011 que volvió a fructificar este negocio porque China ha decidido dedicar su resina para el aprovechamiento interno, con una caída de las exportaciones.

Un elemento alternativo al petróleo

La novedad del negocio reside en que todos los usos del petróleo sean reemplazados por la resina, desde hace cuatro años, se está investigando sobre biomateriales. El objetivo es intentar sustituir los derivados del petróleo. Y la idea de las empresas es invertir en industria en segunda transformación desarrollando proyectos de I+D.

En la actualidad hay dos grandes familias de plásticos: los sintéticos que provienen del petróleo, y los plásticos que proceden de fuentes renovables y se pueden compostar de modo que las bacterias pueden digerir ese plástico. Lo interesante es usar la resina en plásticos naturales para que todo el plástico provenga de productos naturales y la naturaleza sea capaz de recuperarlo.

Una nueva revolución verde

La revolución verde empieza por la gente de zonas rurales que extrae la resina. Y como sustituto del petróleo el potencial de España es prometedor, podríamos alcanzar unos quince millones de kilos de resina. Los usos de la resina son múltiples: barnices, pegamentos, caucho, neumáticos…

De la resina no solo podemos producir bioproductos naturales. El asentamiento de población con la creación de empleo por la explotación de la resina significa generar unas rentas a los municipios propietarios de esos montes. Y la labor del resinero sirve para prevenir incendios y favorecer el ecoturismo.

La extracción de resina es un servicio total al monte. Si no aprovechamos la oportunidad creando un ecosistema de transformación en España, más allá de tener la materia prima la ocasión estará perdida, y como ha pasado en otras ocasiones serán otros países los que se llevarán nuestro beneficio.

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