Por qué comprar un SSD

Los discos duros sólidos o SSD son un sistema de almacenamiento que guarda nuestros datos en chips. Los discos sólidos a diferencia de los discos duros tradicionales no tienen partes mecánicas.

En la actualidad los discos duros han alcanzado una interesante capacidad de almacenamiento llegando en algunos modelos hasta los 4TB, existiendo en versión industrial unidades de hasta 16TB.

Un disco duro tradicional, HHD ha sido hasta hace poco el sistema de almacenamiento en cualquier ordenador. Básicamente se compone de una capa de metal con cobertura magnética, un brazo mecánico y un cabezal de lectura y escritura que almacena los datos.

Un SSD almacena los datos en una serie de chips con memoria flash interconectada capaceces de retener la información aun cuando no hay conexión eléctrica. Los chips pueden ser incorporados de manera permanente en la placa base o pueden ser incorporados en un dispositivo que se pueda conectar a la placa base de cualquier ordenador. Este tipo de chip es diferente al utilizado por las memorias USB siendo mucho más rápidos y confiables, de ahí que en la misma capacidad el SSD sea más caro que una memoria USB.

Los discos duros SSD comenzaron a funcionar a final de la década del año 2000, con el auge de los netbooks, ultraboks y otros tipos de laptops. El tamaño del disco SSD se ha estandarizado en el formato de 2,5”, por lo que es posible sacar un HHD de cualquier ordenador portátil y sustituirlo por un SSD.

¿Qué ventajas ofrece comprar un SSD?

El precio continúa siendo el factor clave a la hora de elegir un disco duro, pero realmente, ¿Por qué comprar un SSD?

Velocidad: Un ordenador equipado con un disco duro SSD arranca en unos segundos mientras que un ordenador equipado con un HDD necesita alrededor de un minuto para estar operativo.

La SSD arranca, lanza y corre todos los programas y realiza la transferencia de archivos de una manera mucho más rápido.

Durabilidad: los discos duros SSD carecen de partes móviles, por lo que es mucho más difícil que puedan sufrir un daño por un golpe o un movimiento brusco. Los discos duros tradicionales corren sobre el disco físico a una distancia de nanómetros cuando están trabajando. Si se pide mucho al equipo es muy recomendable utilizar un disco duro SSD.

Tamaño: un disco duro HDD funciona mediante un plato giratorio y existe un límite en cuanto a su tamaño. Un disco duro SSD no tiene ninguna limitación, con lo que pese a que su estándar está en los 2,5”, conforme pase el tiempo irán disminuyendo en su tamaño para acomodarse a los nuevos laptops y tables.

Ruido: cualquier disco duro con brazo mecánico va a emitir algo de ruido cuando esté trabajando y emitirá más ruido cuanto más rápido sea. En contra un disco duro SSD no produce ningún ruido ya que no tiene partes mecánicas en funcionamiento.

Aquí vas a poder encontrar algunos de los mejores SSD del mercado. Y recuerda, un ordenador con un disco duro sólido va a ser mucho más rápido en la arrancada y en el lanzamiento de los programas, siendo un elemento ideal para profesionales que buscan velocidad como ingenieros, diseñadores gráficos o técnicos de audio o músicos, o simplemente para aquellos que acostumbran a ir con su ordenador a cualquier sitio y desean que arranque y se apague de manera inmediata.

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